Desde nuestro pequeño mundo hemos observado fijamente al océano cósmico por incontables miles de años. Los antiguos astrónomos observaron puntos de luz que parecían moverse entre las estrellas. Ellos llamaron a estos objetos planetas, que significa vagabundos, y los nombraron como las Deidades romanas -- Júpiter, el rey de los dioses; Marte, el dios de la guerra; Mercurio, el mensajero de los dioses; Venus, la diosa del amor y la belleza, y Saturno, padre de Júpiter y dios de la agricultura. Los observadores de las estrellas también observaron a los cometas con sus chispeantes colas, y a los meteoros o disparos de estrellas aparentemente cayendo desde el cielo.
La ciencia floreció durante el Renacimiento Europeo. Se descubrieron las leyes fundamentales de física que gobiernan el movimiento de los planetas, y se calcularon las órbitas de los planetas alrededor del Sol. En el siglo XVII, los astrónomos, apuntaron a los cielos con un nuevo dispositivo denominado el telescopio y realizaron sorprendentes descubrimientos.
Pero los años posteriores a 1959 han sumado una edad de oro en la exploración del sistema solar. Los avances en los cohetes después de la Segunda Guerra Mundial habilitaron a nuestras máquinas para romper la atracción de la gravedad de la Tierra y viajar a la Luna y a otros planetas.
Los Estados Unidos han enviado naves espaciales automatizadas, y después expediciones tripuladas por humanos, para exporar la Luna. Nuestras máquinas automatizadas han orbitado y aterrizado en Venus y Marte, explorado el ambiente del Sol, han observado los cometas, y asteroides, y han realizado estudios a distancia muy cercana al pasar volando a Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Éstos viajeros trajeron un gran avance a nuestro conocimiento y entendimiento del sistema solar. A través de las señales electrónicas y otros "sentidos" de nuestras naves espaciales automatizadas, se ha dado el color y la complexión a mundos que por siglos parecían a los ojos limitados a la Tierra como discos rizados o puntos indistintos de luz. Y se han descubierto docenas de objetos anteriormente desconocidos.
A los historiadores futuros los agradará saber de éstos vuelos pioneros a través del sistema solar como algunos de las más notables contribuciones del siglo XX.
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